
Después de opositar tómate un descanso para sanar cuerpo y mente
Tras meses —o incluso años— de preparación exhaustiva, madrugones, cafés fríos, horas de estudio eternas, miles de opositores en Madrid han finalizado recientemente sus exámenes. El silencio posterior a las pruebas contrasta con el bullicio mental que muchos arrastran: ¿Y ahora qué?
El periodo de vacaciones después de las oposiciones no es solo un descanso merecido: es una necesidad física, emocional y psicológica. Recogemos los consejos de expertos y recomendaciones para que las opositoras recuperen su bienestar sin culpa, con conciencia y con propósito.
La resaca emocional del opositor
“Salí del examen y no sabía si tenía ganas de llorar o de dormir una semana entera”, confiesa una opositora a Justicia. Como muchos, ha vivido encerrada en una rutina estricta: 10 horas de estudio, apenas vida social y una constante autocrítica.
Según los psicólogos clínicos, especializado en estrés académico: tras las oposiciones, es común experimentar una especie de vacío existencial. Durante meses has tenido una misión diaria, y de repente, desaparece. El cuerpo y la mente piden descanso, pero también dirección”.
Semana 1: parar no es retroceder
La primera semana debe ser, en palabras de una coach educativa: “una desintoxicación total: dormir sin despertador, alejarse de los apuntes y evitar las redes sociales de oposiciones”.
En estos días, los expertos recomiendan:
- Dormir mínimo 8 horas diarias.
- Alimentarse bien, con comidas caseras a ser posible, como en la residencia, y horarios regulares.
- Pasear sin rumbo a paso ligero y ritmo constante, si estas acompañada mejor.
- Recuperar pequeñas rutinas de autocuidado: hidratarse, cuidar la piel, ponte guapa.
“Me apunté a una clase de yoga en Lavapiés. Nunca lo había probado. No sabía cuánto necesitaba volver al cuerpo y dejar la cabeza”, comenta una aspirante a enfermera.
Semana 2-3: volver al mundo
Tras el descanso físico, es momento de reconectar con la vida personal. Una psicóloga experta en procesos post-examen, sugiere:
- Retomar relaciones: “quedar con amigos sin necesidad de justificarte”.
- Viajar, aunque sea cerca. Plantea los viajes como una terapia para escucharte y escuchar a los demás.
- Actividades culturales: cine, exposiciones, conciertos al aire libre. Intenta compartir tu opinión sin imponer tu criterio y dispuesta a escuchar.
Además, es una etapa clave para escribir y procesar lo vivido. Es recomendable llevar un diario o escribir una carta al “yo opositora”. Es sanador.
Semana 4: redefinir el futuro
A medida que el cuerpo se estabiliza, llega el momento de pensar con claridad: ¿esperar resultados, empezar a trabajar, preparar otra convocatoria?
Según los expertos, lo más sano es no tomar decisiones definitivas aún. En lugar de eso:
- Haz una revisión del proceso: ¿qué funcionó? ¿qué mejorarías?
- Infórmate con calma sobre las fechas de correcciones y nuevas convocatorias.
- Considera hablar con un mentor, tutor o preparador para orientarte.
Y si el resultado no es el esperado, recuerda que el fracaso no define tu valía. Aprobar es un objetivo, pero no el único sentido de tu vida.
Madrid, una ciudad para sanar
La capital ofrece espacios y servicios ideales para quienes buscan cuidarse:
- Balnearios urbanos como Hammam Al Ándalus (Atocha) para desconectar.
- Bibliotecas como refugio de ocio, no solo de estudio: descubre novelas en la Biblioteca Nacional o la Eugenio Trías.
- Senderismo urbano por el Anillo Verde Ciclista o la Dehesa de la Villa.
Honrar el esfuerzo, sin prisa es el segreto
Descansar no es un lujo, es parte del proceso. Cuidarse no es una pérdida de tiempo, sino una inversión. Los 30 días posteriores a una oposición pueden marcar la diferencia entre el agotamiento crónico y una recuperación saludable. Puede interesarte nuestro post: Prepara las oposiciones sin perder la salud
Como escribe un cartel en una calle de Malasaña: “No corras, que a donde tienes que llegar es a ti mismo.”
Mucho ánimo en tu descanso.